Por Dr. José R. González Chávez y Tania M. González Santiago
Dermatólogo, dermatopatóloga y consultores de APAPP
La psoriasis es una condición inflamatoria crónica de la piel que provoca lesiones rojas, escamosas y con picazón, especialmente en áreas como los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y la espalda baja. Se considera una enfermedad autoinmune que afecta aproximadamente al 2–3 % de la población mundial. Aunque no es contagiosa, sí puede tener un componente genético.
En Puerto Rico, el reconocimiento y tratamiento de la psoriasis han evolucionado significativamente gracias a los avances científicos, médicos y, en gran parte, al trabajo de organizaciones como la Asociación Puertorriqueña de Ayuda al Paciente de Psoriasis (APAPP), que este año celebra con orgullo 15 años de servicio ininterrumpido.
El conocimiento de que la psoriasis es una enfermedad autoinmune se consolidó en la década de 1960. Desde entonces, los tratamientos han dado un giro extraordinario. Se identificaron células inmunes clave, como los linfocitos Th-17, y citoquinas proinflamatorias que activan las lesiones en la piel. A partir de estos hallazgos, surgieron los medicamentos biológicos, que han transformado radicalmente la calidad de vida de los pacientes. Hoy en día, disponemos de terapias dirigidas, tanto orales como inyectables, en su mayoría biológicas, con mecanismos de acción variados que permiten una atención individualizada según las necesidades de cada paciente.
Pero la psoriasis no se limita a la piel. Se trata de una enfermedad multisistémica, asociada a diversas comorbilidades que requieren atención médica integral. Entre ellas se destacan:
- Artritis psoriásica, que puede afectar a un 30 % de los pacientes con psoriasis.
- Síndrome metabólico, con factores de riesgo como obesidad, hipertensión, diabetes tipo 2 y dislipidemias.
- Enfermedades cardiovasculares, incluyendo un riesgo elevado de infarto y aterosclerosis.
- Trastornos autoinmunes, como el lupus y la enfermedad de Crohn.
- Condiciones psicológicas, incluyendo ansiedad, depresión y aislamiento social.
Estudios recientes han demostrado que los tratamientos actuales, especialmente los biológicos, no solo mejoran las placas de psoriasis, sino que también reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, al disminuir la inflamación sistémica y revertir depósitos ateroscleróticos en las arterias coronarias.
En este panorama de avances clínicos y científicos, APAPP ha sido un pilar fundamental. Fundada en 2008 bajo el liderazgo de la Dra. Leticia López, y con el respaldo de especialistas y pacientes, la asociación ha logrado:
- Crear una comunidad de apoyo activa en toda la isla.
- Organizar eventos educativos, ferias de salud y la conmemoración del Día Mundial de la Psoriasis.
- Mejorar el acceso a tratamientos para pacientes dentro y fuera del sistema de salud pública.
- Desarrollar alianzas con otras especialidades médicas para fomentar un enfoque multidisciplinario en el tratamiento.
- Establecer presencia en medios tradicionales y digitales para visibilizar la enfermedad y combatir el estigma.
- Recibir reconocimiento internacional como miembro oficial de la Federación Internacional de Asociaciones de Psoriasis (IFPA).
- Impulsar legislación en beneficio del paciente, destacándose la aprobación de la Ley Núm. 97 de 2022, que protege y reconoce los derechos de las personas con psoriasis en Puerto Rico.
Hoy, más que nunca, el futuro es prometedor. Gracias al esfuerzo conjunto de pacientes, médicos y organizaciones como APAPP, se ha consolidado un nuevo paradigma:
la psoriasis puede ser tratada de manera efectiva, humana y digna.
Seguiremos educando, acompañando y defendiendo, para que ningún paciente enfrente esta condición en soledad.
¡Felicidades, APAPP, por 15 años de lucha, esperanza y transformación!